viernes, 16 de diciembre de 2011
CHAQUETON Y MALETA
Me costó muchos años liberarme del chaquetón. Finalmente lo llevé, junto con otras prendas usadas a una ONG que recoge y reparte ropa entre quienes la necesitan. Al menos eso ponía en la puerta. Supongo que además hacen desaparecer lo que no tiene salida ni en el inmenso mundo de los pobres. ¿Qué más me daba? Estaba anocheciendo y llegué a una nave en una calle trasera de polígono industrial desolado. ¿Dónde si no? Vi montañas de ropa desordenada, juguetes, complementos, las inevitables muñecas decapatidas y un grupo de gente, la mayoría inmigrantes que, al tiempo que trataban de ordenar el caos, guardaban para sí alguna que otra prenda.
Estaba parado en la puerta de la nave contemplando la escena con mi chaquetón en el brazo, cuando un magrebí me preguntó si lo traía para entregar. Lo sé con seguridad porque repitió varias veces “entregar, entregar”. Creo que más que preguntar, estaba dándome la orden de que lo soltara. Apenas afirmé con la cabeza, me lo arrebató y se lo probó. Le quedaba un poco grande pero pareció satisfecho dentro de él. No noté que sintiese nada especial. Enseguida se perdió entre la multitud de gente y de ropa. Y sentí que el globo tomaba altura.
.. y pensé en nuevos viajes familiares en un coche destartalado y con una baca cargada de enseres y regalos tapados por una lona verde de regreso al pueblo, y aún de pie en medio de la nave industrial, vislumbré paseos a la sombra de los grandes cipreses de Ketama y el nacimiento a una nueva vida del chaquetón de mi padre ahora en el cuerpo de un nuevo propietario que nunca sabrá las peripecias de la prenda renacida. Tal vez alguno de sus nietos cuente una vieja historia de un chaquetón que su abuelo trajo de tierras lejanas, de cómo llegaba cada verano para saludar a sus amigos y pasear bajo sus cipreses de la infancia y cómo finalmente, después de pensarlo mucho, se lo entregó a un negro que caminaba de regreso a su pueblo mucho más al sur, más allá del gran desierto y de cómo su abuelo se sintió liberado de una pesada carga, como un navegante que suelta lastre desde el globo…. Salam Alekum…
Nada. Que no nos resignamos a desaparecer. Preservamos la memoria de los que se fueron y a veces hasta sus reliquias, como la maleta de mi hermano o mi chaquetón. Para aliviar este desasosiego se crearían las religiones. Supongo. ¿Cuál de ellas no ofrece el reencuentro en su carta de servicios? Unidades familiares reconstituidas en el más allá y sus miembros vestidos con sus mejores galas del más acá celebrando el reencuentro en torno a la mesa. ¿Por qué queremos que sobrevivan la maleta o el chaquetón? Reencarnación, resurrección, renacimiento, vida eterna. ¿Quién da más?. “Soy el pequeño judío que escribió la Biblia” canta/recita Leonard Cohen en "The Future”. Y es lo que tiene el papel: lo aguanta todo.
Y así fue, chispa más o menos como el hombre de las cavernas cuando no supo qué hacer con el taparrabos del abuelo, inventó, por ejemplo, la parapsicología.
sábado, 3 de diciembre de 2011
神诞生 DIOS A NACIDO SIN HACHE
miércoles, 30 de noviembre de 2011
TRIPTANES
Los triptanes, a pesar de las resonancias heroicas de su nombre, huyen despavoridos cuando descubren la magnitud de la contienda y el poder devastador del enemigo. Triptanes que revientan sin presentar batalla como pompas de jabón o son devorados sin dificultad por el dolor. Y mi amigo se veo obligado a llamar a más y más triptanes hasta consumirlos todos y regresar de su retiro para volver a poner los ojos en su vieja amiga indometacina. Y de nuevo experimentar algunos de los efectos más inquietantes que promete el prospecto: desorientación y confusión. Lo más curioso es que con tantos viajes por los mismos parajes, mi amigo ha desarrollado una curiosa habilidad para orientarse en el laberinto.
“Confusión será mi epitafio” cantaban King Crimsom en uno de aquellos discos de terror que tanto gustaban a la juventud progresiva de los 70. Ahora que gracias a la Indometacina visita a la confusión con frecuencia, dice mi amigo que esta no es un estado lo suficientemente solemne como para esculpir su sombre en piedra, mucho menos en el epitafio…. No se que dirán los triptanos.
Mi amigo vive en un escaparate de la calle del Victor. En el mismo Bilbao. Para esto sirven los amigos, para adjudicarse nuestras pesadillas.
jueves, 17 de noviembre de 2011
SHEREZADES
viernes, 11 de noviembre de 2011
CADA BARRIO, UN TERRITORIO
Un semáforo en rojo me detiene al borde del río de coches. Casi caigo de la bici. Tengo que tensar los frenos. Parado en la pista verde, bajo una luz excesiva que lo ilumina todo, observo al africano cargado de paquetes de kleenex. Me mira y sonríe. ¿Dónde están tu páramo y tu Villalta, amigo? ¿Quién los habita? ¿Oíste hablar alguna vez de un disparo de nieve?
lunes, 19 de septiembre de 2011
LA GUITARRA DE TORREBRUNO
viernes, 29 de abril de 2011
ELLAS BAILAN SOLAS
miércoles, 19 de enero de 2011
AHORA QUE...
Ahora que… el infierno ya no es un zulo incandescente, que el purgatorio es sólo una lengua breve y transitoria de fuego purificador, apenas unas décimas de fiebre, ahora que Belcebú juega en la liga de Hermann Monster, que San Pedro ha malvendido las nubes, los querubines y demás atrezzo celestial y mata las horas en la tasca, ahora, digo, los supervivientes de aquella adolescencia de deportaciones en casas de ejercicios espirituales y retiros de la mala muerte, desde los que oímos con claridad el crepitar del fuego eterno, aromatizado de azufre, las carcajadas de Satán y las descripciones precisas de las tinieblas en boca de los hombres de negro que se encargaban de nuestra vigilancia, ahora, concluyo, nos sentimos enormemente aliviados y agradecidos a su Santidad y a sus ministros por este esfuerzo de adaptación a los tiempos modernos, donde todo resulta incoloro, insípido y definitivamente inodoro.